Este año, con la fábrica de mermeladas ya cerrada, mi huerto se ha reducido mucho. He plantado solo para nuestro consumo. Es tan pequeño, que lo he trasladado junto a la casa, cerca de la cocina.
En el mes de abril plantamos tomates, pimientos, berenjenas y algunas lechugas, lo que voy a consumir este verano. Al ser pequeño el sistema de riego este año no es por goteo, sino que lo regamos por pie.
Día a día fue creciendo, las tomateras empezaron a lucir sus flores y las lechugas, a envolverse con sus hojas jugosas.
De las flores, pronto colgaron de las tomateras los pequeños tomatitos, que crecieron a la par que clareaba el color verde. Y ya en junio se pintaron de rojo.
De las flores, pronto colgaron de las tomateras los pequeños tomatitos, que crecieron a la par que clareaba el color verde. Y ya en junio se pintaron de rojo.
De pimientos planté de tres clases: el pimiento italiano, que es el de freír, de forma alargada; el pimiento de asar, que además permite cocinarlo relleno; y el pimiento morrón, que me gusta pues, aunque es de menor tamaño, su carne es más gruesa y jugosa.
Empezaron a crecer las pequeñas plantitas, abrazadas a sus tutores. Aparecieron las florecitas blancas y ya estoy recogiendo los pimientos.
Empezaron a crecer las pequeñas plantitas, abrazadas a sus tutores. Aparecieron las florecitas blancas y ya estoy recogiendo los pimientos.
Las berenjenas van más atrasadas. No hace mucho que empezaron a florecer. Aún tendré que esperar unos días para tenerlas en cantidad. Como es un fruto que a mí me gusta mucho, en mi cocina no pueden faltar.
Con tomates, pimiento y berenjenas preparo conservas para el invierno. Y en verano las disfruto en gazpacho, tomates aliñados, pisto, pimentada, pimientos fritos...con ese sabor natural que tienen las hortalizas de huerto.
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