Las fresas que compramos en mercados y fruterías suelen ser fresones. Existen también fresas cultivadas y silvestres, ambas de menos tamaño y sabor más intenso, pero mucho más perecederas, lo que dificulta su distribución. Es por lo que la producción para el comercio hace tiempo que se especializó ya en el fresón.
La mayor zona de cultivo está sobre todo en la provincia de Huelva. A la provincia de Cádiz el fresón viene, además de Huelva, de Puertoserrano y de Conil. En Almería hay también una gran producción de fresa. La localización se debe a que es una fruta que necesita sol para su maduración y se cultiva en invernaderos para proteger la planta de vientos y de lluvia.
La calidad de la fresa se clasifica en categoría extra, categoría I y categoría II. Depende del tamaño, del punto de maduración, aspecto, ausencia de enfermedades y de otros factores. Las que compramos suelen ser extra o categoría I.
Lo ideal sería comprarlas a granel y poder elegir las que queremos, pero esto solo podríamos hacerlo en plantaciones pequeñas. Al mercado van ya envasadas por motivos de higiene alimentaria y las encontramos en cestas de 1/2 kilo, 1 kilo, o en cajas de 1 kilo, 2 kilos, 5 kilos.
Al sacarlas de las cajas, es frecuente ver que todas las fresas no son iguales. Vienen fresones de gran tamaño y en su punto de madurez, situados arriba, junto con otros de menor tamaño y sin acabar de madurar, que van bajo los que se ofrecen a la vista. Estas fresas son de categoría I. Las de categoría extra deben ser todas similares.
¿Qué hacemos con los fresas que vienen así?
Antes que nada hay que seleccionarlas. Las maduras se conservan en la nevera y las poco maduras se quedan fuera para que vayan madurando. Eso sí, no deben estar amontonadas unas sobre otras, sino extendidas. Y si entre unas y otras viniera alguna pocha o estropeada, lo mejor que puedes hacer es tirarla. Esa maduración "de cocina" no es la ideal. Donde mejor madura una fruta es en su planta y esas que vienen poco maduras no van a estar nunca como las otras, pero eso no significa que no se puedan aprovechar.
En cuanto a los frutos, no te dejes cautivar por esos fresones de gran tamaño. Aunque sean muy vistosos, las fresas más pequeñas son las más sabrosas. Las fresas en general son muy ricas en minerales y en vitamina C. Son antioxidantes y tienen muy pocas calorías. Tengo que reconocer que a mí me encantan. Me atrae su sabor y ese color rojo intenso.
¿Cuándo debemos comprar las fresas?
Mi consejo es comprarlas en abril. Lo mismo que los polvorones son dulces de Navidad y los encontramos ya a la venta en octubre, nos ofrecen fresas en el mercado en enero. Yo no compro esas fresas nunca. Me espero con paciencia al menos hasta el mes de marzo, aunque cuando mejor están es en abril.
Las fresas se prestan a muchas preparaciones en la cocina, en dulces, postres y también en aperitivos y ensaladas.
Y termino con dos recomendaciones muy importantes:
¡No las conserves dentro o fuera de la nevera en agua. Deben estar secas. No las laves hasta que no las vayas a utilizar!
¡No les quites el rabito y las hojas hasta que no vayas a comerlas o utilizarlas!
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