El primer mes del otoño es el tiempo de las granadas. Coinciden en tiempo con los membrillos, a finales de septiembre y principio de octubre, y se puede alargar hasta final de octubre. Luego las granadas se abren en el mismo árbol. Significa que ya están maduras. Es preferible cogerlas antes de que abran o recién abiertas. Después no, porque en el árbol pueden haber sido picoteadas por aves o por roedores.
Granada madura sin abrir |
Granada abierta en el árbol |
Sus hojas son simples y de color verde claro, salvo en otoño que se tornan pardas antes de caer y los brotes de primavera que se abren en un tono escarlata.
Es un árbol de poca altura, muy decorativo en primavera por sus flores de color naranja rosado y a principios del otoño por sus frutos, las granadas, que cuelgan como bolas que van del rosa al rojo intenso.
En Cañá de Arriero tenemos algunos granados. Me gustan sus flores y sus frutos.
Granos de granada |
Hay distintas formas de desgranar una granada. A mí me gusta cortarla a trozos y hacer saltar los granos separándolos con los dedos.
No es una fruta que se utilice mucho en la cocina, pero sí tiene algunas aplicaciones. Está muy buena una ensalada a la que se añade unos granos de granada. Como postre, dejando macerar los granos con azúcar y tomarlos luego a cucharadas con el juego que hayan soltado. En zumo, triturando con la batidora, colarlo para eliminar las semillas y añadirle un poco de azúcar si se desea. Está muy bueno este zumo si se mezcla con uno de naranja o mandarina.
De la granada sale también el licor y el jarabe de granadina.
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