Así de hermosos son nuestros melocotones. Amarillos, de pulpa dulce y jugosa y contorno redondeado de piel aterciopelada. Te los muestro en el árbol y en un plato donde puedes ver el tamaño que tienen.
Con ellos hacemos la Mermelada de Melocotón y en cada cien gramos, setenta son de fruta. Por eso, al tomar la mermelada notas que lo que comes es melocotón.
Por desgracia este año no podremos hacer esta mermelada, no tenemos melocotones suficientes. Un fuerte temporal de viento de Levante, el segundo que azotó nuestro huerto en el mes de mayo, tiró al suelo muchos melocotones que estaban empezando a crecer. Lo mismo hizo con las ciruelas. ¡Qué pena daba ver tanta fruta verde en el suelo!
En otras temporadas, en que nos faltaron ciruelas o melocotones, hice esas mermeladas con fruta que compré a otros proveedores. Las mermeladas salieron buenas, pero sin el sabor especial que les da nuestra fruta, sobre todo las ciruelas de nuestra Mermelada de Ciruela. Tampoco el aspecto de los melocotones era tan hermoso como son los nuestros. Y prefiero no hacer esas dos mermeladas si lo que ofrezco no puede ser lo mejor.
Los melocotones que cogeremos este verano, no irán del árbol a la fábrica. Van a nuestra mesa familiar, donde ya los disfrutamos como postre. ¡Qué buenos están!
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