Conservas caseras de verano



En las zonas rurales es habitual aprovechar los frutos de la tierra que no se consumen durante la temporada natural de recolección. Se envasan o se congelan para tenerlos disponibles en los meses siguientes.

Además de las mermeladas y confituras que elaboro en mi pequeña fábrica con la fruta de verano, higos, melocotones, ciruelas, tomates, pimientos, calabacines, manzanas, calabaza, en casa preparo también las conservas para mi despensa familiar. Al ir a preparar un guiso, no tengo más que abrir un tarro, así de fácil.

Te recomiendo que lo hagas en tu cocina porque resulta muy cómodo, ahorra tiempo y sobre todo, disfrutas de un sabor que no te proporcionan los frutos de fuera de temporada. Por supuesto, yo uso siempre aceite de oliva virgen extra, el que tenemos en Cañá de Arriero, que es muy bueno y ecológico. 


La pasada semana la dediqué al sofrito. Lo hago en cantidad en un perol grande, en varias tandas. Podría decir en varios lotes, pero ese lenguaje prefiero dejarlo para la cocina de la fábrica. 




Este de la foto llevaba tomate, cebolla y un poco de pimiento. Varío la cantidad de cebolla y pimiento, pero siempre la de tomate dobla la de las otras hortalizas. Añado un poco de sal. Y le dejo el caldo que suelta el tomate, que luego prestará un buen sabor y color a los guisos donde lo utilice.

Cuando termino de hacerlo, lo envaso en tarros de vidrio, que hiervo al baño maría. Les pego una etiqueta donde escribo lo que es y la fecha de envasado.

Además del sofrito, en verano siempre que pueda preparo para mi despensa otras conservas como:

Tomate frito. Lo envaso en tarros de vidrio de distinto tamaño porque unas veces voy a necesitar poca cantidad, por ejemplo, para acompañar unos huevos, y otras, una mayor, como, por ejemplo, para un guiso de macarrones.

Sofrito con berenjena. Te hablé de este sofrito en otra ocasión. Puedes buscarlo en este blog "La cocina del huerto: sofrito con berenjena", abriendo la etiqueta Campo y Huerto.


Tomate natural. Los envaso enteros, después de escaldarlos y pelarlos, cubiertos con todo el líquido que desprenden, donde disuelvo un poco de sal.

Berenjenas en aceite. A rodajas finas, escaldadas con piel y cubiertas de aceite aromático, las envaso en tarros de vidrio. Las utilizo luego sobre rebanadas de pan y están muy buenas.

Pasta picante de berenjena. Esta receta, muy sencilla, quiero publicarla un día en el blog.

Pimientos. Los aso y envaso cubiertos de aceite, pelados. Hago poca cantidad así por el trabajo que tienen. O los escaldo con agua, sal y vinagre y los envaso cubiertos de ese caldo de cocción.

Además, el agua de tomate, que congelo en porciones. Me sirve para dar sabor a sopas y guisos. La conocerás porque ya te expliqué cómo se hace. Puedes buscarlo en el blog "Cocina del huerto: agua de tomate", abriendo la etiqueta Campo y Huerto.



Para conservar en tarros es importante que tengas en cuenta la acidez del fruto y utilizar algún conservante natural, como son el aceite, el vinagre y la sal, que no puede faltar si el fruto es poco ácido, como las berenjenas. Los tarros deben estar limpios y hervidos antes de llenarlos. No llenar hasta el borde, sino hasta la base de la rosca. Y sobre todo, las tapas deben cerrar bien. 

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