La sopa fresca es un plato popular, propio de zonas rurales y origen del gazpacho. Es un plato de verano y aunque se llame sopa, se sirve bien frío. Es algo más laborioso que el gazpacho, tal como este se suele hacer en la actualidad, debido a que sus ingredientes no se trituran, sino que se majan. Como plato popular admite variantes en la receta. La que te doy aquí, con algunos cambios míos, me la enseñaron amigas de Arcos de la Frontera.
Al igual que otros platos populares, lo preparaban trabajadores del campo con frutos de la huerta que tenían a mano, que en verano eran tomates, pimientos, pepinos, ajo. Y se hacía majando sobre un lebrillo. Otra singularidad es que se comía directamente del mismo lebrillo, metiendo cada uno dentro su cuchara. Con el tiempo pasó a ser un plato familiar o de reuniones de amigos. Entre todos se prepara y entre todos se come.
Debemos disponer de dos utensilios necesarios: un lebrillo de barro y una maja, como los que ves en la foto de arriba.
A falta de lebrillo, se puede utilizar una ensaladera grande, pero la maja es indispensable; las minipimer, turmix, termomix y similares no están permitidas para este plato.
Y los ingredientes, que aquí ves algunos de ellos. La cantidad que te doy es para 6 personas. Puedes variar las proporciones según tu gusto.
Necesitamos:
1kg de tomates maduros
1 pimiento verde de asar
1 diente de ajo
1 pepino
media cebolla
medio vaso de aceite de oliva
medio kilo largo de pan moreno de dos días antes
1 litro de agua fría
un puñado de sal gruesa
3 huevos duros
1 latita de atún en aceite
Vamos a prepararlo:
Limpiamos de pepitas el pimiento y los tomates. Si es posible, quitamos la piel a los tomates; si están bien maduros, saldrá con facilidad. Los troceamos por separado, pimiento y tomate.
Pelamos el ajo y lo echamos en el lebrillo junto con la sal. Empezamos a majar.
Añadimos después el pimiento y continuamos majando.
A continuación la mitad de un pepino, cortado a trozos. El pepino soltará jugo y pepitas al majarlo. Las pepitas conviene quitárselas porque es molesto encontrarlas después al comer.
Luego el tomate. Seguimos majando y mezclando. El tomate también soltará jugo.
Ya con el tomate majado, añadimos el agua poco a poco. Removemos al mismo tiempo. Y tras el agua, la mitad del aceite. Si quieres añadir vinagre, lo puedes echar también en este punto. Yo no le pongo vinagre porque el tomate le da suficiente acidez. Removemos para que se incorpore el aliño. Aprovecho ahora para probar cómo está de sal, por si tuviera que añadir un poco más.
Empiezo a echar en el lebrillo el pan. A rebanadas o a trozos, es a gusto de cada cual. Yo lo parto a pellizcos, como vulgarmente se dice, unos más grandes y otros más pequeños. El pan se echa con corteza, aunque la parte más dura se la quito antes con el cuchillo.
Lo vamos hundiendo en el líquido para que se empapen. Así como ves en la foto que hago con la cuchara. Después le voy a dar con la maja para que se ablande más. El pan se va deshaciendo y espesando la sopa.
Al terminar debe quedar sin líquido en la superficie. En la receta se cubre la sopa con el resto de pepino y la cebolla, cortados a trocitos, y por encima lo que queda de aceite. Yo los voy a servir aparte. Lo que vamos a poner aquí por encima, además del aceite, es atún desmigado y los huevos duros picados.
Estas ya son variantes domésticas. Puede llevar también jamón serrano a taquitos o lo que la imaginación permita.
Y ya no tienes más que coger tu cuchara y a comer la sopa fresca.
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