Empezamos de nuevo con la Cocina y con lo más sencillo. Este plato de papas con tomate y huevo apenas precisa de explicación de la receta. Y sin embargo te resuelve el menú de una comida en muy poco tiempo.
Aquí lo tienes en la foto para tomarlo con un vaso de zumo de naranja natural, que es muy saludable en invierno.
NECESITAMOS:
1 o 2 huevos por persona
Papas nuevas
Salsa de tomate o tomate para hacerla
Cebolla pelada
Aceite
Sal, pimienta
Una pizca de azúcar
Una pizca de azúcar
VAMOS A PREPARARLO:
Como ya te expliqué en otra ocasión, en verano preparo gran cantidad de salsa de tomate con frutos de nuestras tomateras y lo tengo envasado en la despensa para el consumo del año. Es algo que te recomiendo hacer. Si no lo tuviera hecho, lo prepararía ahora con tomate entero o triturado envasado. Estamos en enero y prefiero este ingrediente envasado a los tomates naturales que se pueden encontrar ahora en el mercado, porque de natural tienen bastante poco y están vacíos de contenido.
Para la salsa de tomate, picamos fino un poquito de cebolla y la pochamos en aceite. Una vez que esté así la cebolla, añadimos el tomate, troceado si estaba entero. Removemos y lo dejamos a fuego medio hasta que se haga la salsa, removiéndola un poco.
¿Quieres saber cuándo está en su punto? Verás que se apaga algo el color rojo del tomate, se oscurece y espesa, se deshace si estaba troceado y el aceite se integra por completo. Lo condimentamos entonces con sal, pimienta y un poquito de azúcar para rebajarle la acidez. Le podemos añadir también alguna hierba aromática, como albahaca, hierbabuena, orégano, la que más te guste, lo dejo a tu elección.
Mientras se hace la salsa, podemos pelar las papas y cortarlas a rodajas finas. Si nos salieran grandes, las partimos por la mitad. Las vamos a freír en aceite no muy caliente porque así se irán ablandando poco a poco, sin que lleguen a dorarse. Cuando tengamos una tanda frita, la echamos directamente en la salsa de tomate si ya está hecha.
Ya con todas las papas dentro de la salsa, la ponemos a fuego mínimo. En el mismo aceite donde las hemos frito, freímos ligeramente tiras de cebolla. Y mientras se hacen, vamos a ir con los huevos.
Los podemos freír en abundante aceite caliente si queremos que queden currusquitos por los bordes y con la yema cuajada. O los podemos hacer con poco aceite, como los he hecho yo en este plato. Con aceite justo para que moje el fondo, echo en la sartén dos huevos al mismo tiempo y los hago a la vez. Se hacen unidos, como si fuera un solo huevo con dos yemas.
Y ya no tenemos más que montar el plato: junto a los huevos, una buena cantidad de papas con tomate y un puñado de tiras de cebolla fritas... ¡Y a la mesa!
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