Este postre es suave y refrescante. Viene muy bien para aligerar la digestión después de una buena comida. Como la mayoría de nuestras recetas, es muy fácil de preparar y además es nutritivo.
La cantidad de azúcar depende de la acidez que tengan las naranjas.
Recuerda: tienes que servirlo bien frío.
Para 4 raciones necesitas:
1/2 litro de zumo natural de naranja
3 o 4 cucharadas de azúcar
4 claras de huevo
1 sobre de gelatina neutra en polvo
Cuela el zumo. Separa 1/4 de litro y caliéntalo. En el resto disuelve la gelatina.
Mezcla todo el zumo (el caliente y el frío con la gelatina) y remueve.
Añade el azúcar y vuelve a remover. Cuida que el azúcar y la gelatina queden bien disueltos.
Echa la gelatina de naranja en un recipiente (no es necesario que sea un molde) y mételo en la nevera durante 2 horas.
Cuando haya cuajado, sácala de la nevera y en el mismo recipiente o en un cuenco remuévela rápido, sin batir. Tiene que quedar gelatinosa pero sin forma.
Monta las claras a punto de nieve. Mézclalas poco a poco con la gelatina y remueve para que se integre.
Verás que te queda como una mousse muy ligera. Viértela en una fuente y alisa la superficie. Vuelve a meterla en la nevera hasta que la vayas a servir.
Puedes aprovechar las yemas de los huevos que has utilizado, añádiéndolas a una tortilla, a un rebozado, cuajadas en caldo o haciendo yemitas. Te explicaré cómo otro día.
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