Es un guiso de pollo muy sencillo, que lleva pocos ingredientes y aun así, resulta muy sabroso.
Puedes hacerlo con manteca de cerdo en vez de aceite de oliva. Está también muy bueno, pero ten en cuenta que la manteca es más indigesta.
Para 2 personas necesitas:
1 pollo pequeño, limpio.
1 cabeza de ajos
1/4 de litro de vino fino de Jerez
1 cucharada rasa de tomillo
Sal y pimienta molida
1 dl de aceite de oliva
2 hojas de laurel
2 patatas medianas
Para hacerlo:
Despieza el pollo y pártelo a trozos pequeños.
Echa sal y pimienta en un cuenco y pasa los trozos de pollo.
Calienta el aceite en una cazuela y fríe el pollo. Deja que se dore bien por todos lados.
Mientras, chafa los dientes de ajo en el mortero con un golpe de la maja. Quítales la piel. Con el golpe se habrá desprendido.
Añade los ajos a la cazuela, junto con el laurel y remuévelo con el pollo durante 1 minuto, más o menos.
Echa el vino. Cuando deje de salir humo, salpica el tomillo por encima y baja el fuego a mínimo. Tapa parcialmente la cazuela y déjalo cocer 30 minutos. Remuévelo de vez en cuando.
Mientras se hace el pollo, lava y pela las patatas. Córtalas a trozos no muy grandes. Fríelas aparte en aceite poco caliente. Cuando estén tiernas, escúrrelas y échales sal.
Añade las patatas a la cazuela cuando el pollo ya esté tierno y el vino se haya consumido casi por completo. Remueve para que se mezclen las patatas con la salsa y el pollo.
Apártalo del fuego y sírvelo enseguida.
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