Tormenta




Esta mañana brillaba el sol y he podido entrar en el huerto. La elaboración de la Confitura de Pimiento y Tomate continúa mientras podamos recoger frutos.

La tormenta que se ve en la foto nos pasó bordeando, no llegó a entrar. La primavera pasada sucedió lo mismo. Vimos cómo se acercaban las nubes casi negras, que traían una tormenta. Veíamos los relámpagos y oíamos más lejanos los truenos. Temblábamos porque nuestras tomateras levantaban entonces un palmo del suelo.

Aquella tormenta como esta pasó a nuestro lado, descargando la lluvia sobre el pueblo, que desapareció de nuestra vista, luego sobre el lago de Arcos y la urbanización de El Santiscal. Se acercó algo más y bañó a nuestros vecinos para seguir después hacia la sierra. 

Tuvimos suerte. De haberse puesto encima de la Cañá de Arriero nuestros jóvenes tomates habrían quedado destrozados. Esta de ahora hubiera echado al suelo manzanas, granadas y membrillos. El agua de lluvia es buena según como caiga. La torrencial hace daño.

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